Hace dos años, tomé la decisión de dejar Argentina y comenzar una nueva vida en Barcelona. 

Creí que iba a ser fácil y me equivoqué. En verdad, la vida es muy sabia y me puso en el camino las piedras exactas para mi evolución.

Me enfrenté a desafíos burocráticos interminables, mi dificultad con los papeles fue una agonía, de verdad, preocupaciones económicas, y la sensación de estar completamente sola me agobiaban. Vivía en montaña rusa emocional. Sentía picos de felicidad pero también de tristeza.

De corazón trabajé mi resiliencia como jamás pensé que iba a poder, convertí todas las dificultades en aprendizajes personales que hoy me hacen ser, quien estoy siendo. Pasé de ser una niña llena de miedos e inseguridades a convertirme en una mujer que enfrenta cada desafío, por más grande o pequeño que sea, con valentía. Aprendí que, a pesar de las dificultades, todo depende de cómo uno elige vivirlo. En este proceso, entendí que emigrar no solo es un cambio geográfico, sino una transformación profunda, que va mucho más allá de los papeles o la cultura.

Lo más valioso que descubrí fue que, aunque el camino esté lleno de incertidumbres, siempre hay una red de apoyo, aunque no siempre la ves de inmediato. Aquí, uno construye su familia, sus vínculos, de una manera diferente, pero no menos significativa. Y aunque a veces parezca que todo está fuera de control, hay una magia en el proceso de adaptación y aceptación. Poco a poco, empecé a ver cómo todo encajaba, cómo la vida me enseñaba a confiar en el proceso, a confiar en mí misma.

Hoy, mirando hacia atrás, amo mi vida aquí. Me siento más fuerte, más conectada conmigo misma y con el mundo que me rodea. Emigrar me ha enseñado a abrazar lo inesperado, a entender que no todo tiene que ser perfecto, y que, incluso en los momentos más difíciles, hay lecciones que me hacen crecer. 

Si estás pasando por una experiencia similar, quiero que sepas que no estás solo/a. Puede que el camino sea desafiante, pero cada paso te lleva hacia un nuevo nivel de comprensión y autoconocimiento. La magia no está en la perfección, sino en cómo aprendemos a navegar la incertidumbre con confianza y resiliencia.

Si sientes que este proceso está siendo más complicado de lo que esperabas, o simplemente necesitas un poco de guía para encontrar claridad, te invito a trabajar conmigo. 

Como coach, estoy aquí para acompañarte en este viaje de adaptación y crecimiento personal. 

Juntos podemos descubrir las herramientas necesarias para que tu experiencia de emigrar se convierta en una oportunidad transformadora.

PD: ¿Te cuento un secreto? Cada vez que paso por Casa Batlló saco una foto, por momentos sigo sin dimensionar que vivo acá.